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Producción, salud y bienestar animal

 
 

Rol clave de una profesión en el entramado social

 
  Frente a la celebración del Bicentenario de la nación, la Facultad de Ciencias Veterinarias se propone reflexionar sobre lo realizado y sobre lo que se hará de aquí en más. Es su compromiso formar graduados que sean capaces de tomar decisiones y orientar en la definición de políticas para los sectores vinculados, asumiendo una responsabilidad social.  
     
     
 

Los graduados de la Facultad de Ciencias Veterinarias son profesionales con actualizados conocimientos científicos y técnicos desde una perspectiva de formación ética, ciudadana, contextual y socio-comunitaria. En este marco, pretendemos que puedan tomar decisiones y orientar en la definición de políticas asumiendo una responsabilidad social. Y que se conviertan en profesionales y ciudadanos competentes para asumir éticamente el contexto social que enfrentan desde las diversas disciplinas.

La tarea del veterinario es relevante en todo el entramado social: desde la salud pública, la atención a grandes animales que resulta fundamental para el desarrollo del campo, a mascotas, la investigación y tantas otras tareas de los profesionales argentinos dentro y fuera del país. No es casual que algunos veterinarios ocupen lugares clave de la política nacional. Hoy más que nunca, con miras al Bicentenario, la facultad quiere formar profesionales que puedan trabajar en sintonía con el crecimiento de un país eminentemente agroalimentario, que acompañen este proceso y encuadren su función en una política social que priorice una distribución igualitaria; que piensen en los que pueden y en quienes no pueden producir.

Hemos considerado prioritario reformular y actualizar los objetivos académicos, teniendo en cuenta el crecimiento del país como generador de agroalimentos para consumo interno y exportación. Es por ello que deseamos formar profesionales con una visión holística productiva. Que contemplen los aspectos integrales de la cadena agroalimentaria, desde la generación, transformación y llegada al consumidor de los alimentos, considerando la sustentabilidad del medio ambiente, el bienestar animal y el cumplimiento de normativas de calidad e inocuidad.

Para cumplir esos objetivos se implementaron capacitaciones curriculares y extracurriculares en temas relacionados con la producción, la calidad del agua, los alimentos y la economía; entre otros temas.

Así, nuestra institución cuenta con Centros específicos de investigación y docencia. Por ejemplo:

· El Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua (CETA), orientado a formar profesionales capaces de interpretar el conjunto de las dimensiones del conocimiento, las tecnologías y los instrumentos necesarios para lograr una gestión integrada de los recursos hídricos.

· El Instituto de Investigación y Tecnología en Reproducción Animal (INITRA), considera que en los últimos 50 años la investigación en reproducción animal tuvo un amplio desarrollo gracias a la incorporación de conocimiento y tecnología de diferentes disciplinas. La creciente necesidad mundial de alimentos se traduce en una mayor demanda de las especies de interés productivo y exige la adopción de las líneas de investigación y tecnologías necesarias para optimizar la producción pecuaria. Los docentes involucrados en el INITRA trabajan en concordancia con estos fines.

Por otra parte, con vistas a los desafíos que implica el Bicentenario, la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA puso a disposición de los graduados una amplia oferta de cursos de extensión, maestrías y posgrados destinados a la cadena agroalimentaria en su conjunto. La oferta de especializaciones y doctorados es junto con las maestrías otro objetivo prioritario de la política de la calidad educativa desarrollada para enfrentar los tiempos de modernización y globalización que la Argentina del Bicentenario debe afrontar.

Trabajamos, además, en zonas vulnerables con distintos proyectos. Desde lo social, estas actividades requirieron un compromiso y un cambio académico e institucional. También generaron una apertura hacia actores sociales que necesitan de los conocimientos y recursos de la UBA para generar profesionales y dar respuesta a quienes no acceden a la educación y los alimentos básicos.

Con estos fines creamos en el ámbito de la facultad el Centro de Desarrollo Comunitario para profesionalizar la lucha contra el hambre a través de la capacitación -con técnicos especializados y gestión profesional- y desarrollar medios eficaces para vencer la desnutrición y la pobreza. Por eso, respetando la idiosincrasia de cada población se trabaja con los sectores más vulnerables con el fin de disminuir la dependencia de ayuda alimentaria, brindándoles herramientas para intentar escapar de la pobreza y lograr la inclusión laboral.

Al trabajar en sintonía con diversas problemáticas sociales creamos la Subsecretaría de Promoción para la Igualdad de Oportunidades, dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil. Consideramos que la Facultad puede contribuir a que las personas con discapacidades logren la inclusión y la igualdad de oportunidades fomentando la investigación, la capacitación y el asesoramiento técnico en el área, tanto para los miembros de la comunidad universitaria como para la sociedad en general. Fomentaremos tareas de cooperación con otras instituciones y agencias públicas o privadas, instaremos a la inclusión de personas con discapacidad, consultaremos expertos y promoveremos el libre debate con atención a la diversidad sociocultural.

Entendemos que la educación es mucho más que la posibilidad de acceder al sistema educativo. La educación debe volverse un elemento transformador del hombre para generar mejores personas capaces de interactuar responsablemente en la sociedad.

Además, pusimos en marcha el Programa Facultad de Ciencias Veterinarias y Medio Ambiente para adaptar los conocimientos de las carreras tradicionales a las exigencias del desarrollo sustentable. Fue instrumentado teniendo en cuenta que el saber ambiental no es en sí mismo una nueva disciplina sino un conocimiento que debe atravesar transversalmente el sistema educativo. Esta visión supone un reto en la transmisión del saber por la estrecha relación entre investigación, docencia, difusión y extensión, e implica la necesidad de generar espacios para una interrelación dinámica entre las áreas involucradas. Así, la implementación de un programa que comprenda e interrelacione las Ciencias Veterinarias y las Medioambientales debería generar los mecanismos para lograr cumplir los objetivos de esta iniciativa.

Queremos fortalecer también el intercambio de información entre graduados, técnicos y docentes para concientizar acerca de la necesidad de implementar una política educativa ambiental y cumplir la normativa de la Higiene, la Seguridad y el Ambiente. Este programa supone un fuerte trabajo interdisciplinario y la conexión entre distintos sectores sociales para promover vínculos con organismos e instituciones nacionales e internacionales abocados a la educación ambiental.

Gracias a mi paso primero como alumno, como docente y, luego, en la gestión de una unidad académica, entendí que la formación de nuestros jóvenes y la educación permiten el crecimiento del país con justicia y equidad. Es mi opinión personal que la equidad se consigue ofreciendo a cada uno oportunidades que sean acordes a sus necesidades. Considerando, además, que la educación debe enfrentar los desafíos de esta época, no son tiempos de encapsular las disciplinas sino de abrir nuevas ventanas.