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| INVESTIGACIÓN

Origen del lenguaje y prevención de problemas auditivos

La búsqueda del origen del lenguaje podría terminar ayudando a mejorar la salud auditiva en humanos, así como en animales como ballenas, aves o nuestras mascotas. Investigadores de la UBA trabajarán en esta última instancia, junto a científicos españoles.

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En la Universidad de Alcalá, España, un equipo vienen trabajando desde hace décadas en la búsqueda del origen del lenguaje. Lo hacen analizando fósiles de nuestros antepasados mediante tomografías computadas, y reconstrucción 3D de la cavidad del oído. El mismo método se podría aplicar para prevenir problemas auditivos tanto en humanos, como en los animales que se relacionan con nosotros, de una u otra forma.

Ignacio Martínez Mendizábal y Mercedes Conde Valverde, de la Universidad de Alcalá de Henares, en Madrid, han estudiado la abundante y rica colección de fósiles de Atapuerca, que llegan a 430 mil años en el pasado, volviéndolo uno de los yacimientos prehistóricos más ricos, no sólo de España, sino del mundo.

“La idea es poder formar un gran equipo de especialistas a ambos lados del Atlántico”, contó Martínez Mendizábal. “Con eje en bioacústica, en origen del lenguaje y la comunicación. Nuestro sueño es que termine en aplicaciones prácticas para la salud humana, y también para el bienestar animal”.  

Los investigadores españoles llegaron a la UBA en el marco de un acuerdo entre esta universidad y la de Alcalá de Henares, para avanzar en el estudio de la acústica en primates, nuestros parientes, y en otros animales.

Origen del lenguaje

“Una cuestión que queríamos resolver con los fósiles de la Sima de los Huesos (Atapuerca), que tienen 430 mil años, y son abundantes, era investigar el origen del lenguaje”, contó Martínez Mendizábal. “Eso se ha intentado de muchas formas, pero nunca se había llegado a una conclusión muy clara”.

“Nosotros exploramos una línea de investigación que no se le había ocurrido a nadie, que era estudiar la audición. Para ello teníamos que reconstruir la audición de gente que falleció hace medio millón de años”, explicó el investigador español.

“Tuvimos que desarrollar una metodología nueva. Lo que hacemos, a partir de cientos de cortes de tomografía computarizada, es obtener una reconstrucción 3D de la cavidad del oído”, nos explicó Mercedes Conde Valverde.

“Mediante la física y la modelación por computadora, podemos medir el filtrado acústico que se produce en el oído externo y medio, qué es la base de la audición”, dijo la investigadora. “Eso nos llevó unos años, pero lo logramos. Luego lo relacionamos con un parámetro muy importante en la comunicación que el ancho de banda”.

“Cuanto mayor sea este último, que es el rango de frecuencias en que oímos muy bien, quiere decir que tú puedes utilizar combinaciones de sonidos muy diferentes, que son muy fáciles de entender, y eso aumenta la eficiencia del sistema de comunicación”. 

Luego de años de estudios los investigadores españoles han podido comprobar que efectivamente el ancho de banda está correlacionado, en las especies de primate, con la sociabilidad y la comunicación.  

“Ahora la investigación continúa al ir extendiendo el estudio al resto de las especies de primates, los monos del viejo mundo incluidos, que es el proyecto que realizaremos en conjunto con la UBA”, contó Martínez Mendizábal.

Bienestar auditivo

Pero la investigación no se queda en los primates, nuestros parientes más cercanos dentro del reino animal, sino que quieren extender el estudio a otros animales, para saber cómo oyen, y qué sonidos podrían resultarles dañinos.

“Nosotros tenemos una pregunta que es muy interesante, y que es la siguiente: ¿Todos los perros oyen igual? A pesar de sus diferencias de tamaños y forma de la cabeza. Y lo que quizá es más interesante, ¿oyen los perros igual que los lobos? O en el proceso de domesticación hemos seleccionado a los que tienen un rango de frecuencia auditiva que encaja mejor con la voz humana”, explicó Martínez Mendizábal.

“Queremos estudiar primates americanos, ciervos, perros, cetáceos. Lo primero que hay que hacer es caracterizar la audición de estos animales actuales. A partir de que contemos con este conocimiento, se abre un campo enorme de aplicaciones”, contó el científico español. 

Esto tiene aplicaciones en bienestar animal. Muchas especies, sobre todo las que viven en el agua, como las ballenas, suelen sufrir por los ruidos que genera la civilización humana. Así es que resulta muy útil conocer en qué frecuencias oyen mejor o peor, para evitar ruidos que los estresen cuando están en cautividad, o para ayudar en su conservación. 

Así es que la Cátedra de Otoacústica Evolutiva y Paleoantropología de la Universidad de Alcalá, financiada por HM Hospitales, formará un equipo internacional junto a investigadores de la Universidad de Buenos Aires.

Por parte de la UBA, participarán del equipo la Cátedra de Anatomía comparada descriptiva y topográfica de la Facultad de Ciencias Veterinarias; la Cátedra de biología celular y evolución de la Facultad de Ciencias Médicas; así como UBATEC, agencia de vinculación tecnológica de la UBA, donde se da la unión entre la actividad universitaria, el estado del gobierno de la ciudad de buenos aires  y las cámaras empresarias que son las que aportan para poder desarrollar investigación básica y aplicada.