
08/03/2019 // Clarín - Nota - Espectáculos - Pag. 52
En 1901, Elvira López se graduó como doctora en filosofía en la UBA
Fue feminista la primera tesis del siglo XX
Evaluada solo por hombres, recibió un sobresaliente. Hoy la UBA reedita online ese trabajo histórico.
Tres veces Elvira López se presentó delante de un grupo de profesores para defender su tesis de doctorado. La primera del siglo XX en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La escribió en 1901 y tres veces defendió su investigación titulada El movimiento feminista ante la mirada de varones. Sin embargo, el trabajo que ahora la universidad reedita online podría parecer demasiado tradicionalista para una mirada contemporánea. Dos académicas del InstitutoInterdisciplinario de Estudios de Género de esa misma institución ayudan a interpretar a una verdadera pionera.
Dedicada a su madre, en su tesis Elvira López anota cosas como: “La mujer es naturalmente débil, la instrucción es quien debe darle fuerzas”. O también cosas como esta: “Aquí las palabras emancipación y reivindicaciones femeninas, igualdad de sexos ante la legislación, etc., que el feminismo europeo pronuncia, no tienen significado”. De hecho, la tesista dice que la mujer "merece ser utilizada en aquellos puestos que no exigen facultades ni esfuerzos superiores a los que su sexo puede desplegar”.
¿Qué tiene de feminista este compendio de roles tradicionales?
“No estamos hablando del mismo feminismo”, anticipa la doctora en Letras Nora Domínguez, profesora de Teoría y Análisis Literario. Como ex directora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la UBA, Domínguez señala a Clarín que “detrás de los fantasmas de López estaban las alternativas que cien años después serían realizaciones del feminismo actual, en tanto movimiento cuestionador de los binarismos”.
María Fernanda Lorenzo es investigadora en la UBA y autora del libro Que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a la universidad en el que repasa la trayectoria de esas primeras académicas en la Universidad de Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX. Entre ellas, Elvira López. “Hay ciertas características que compartían las primeras universitarias –explica a Clarín–.
Eran mujeres de sectores medios o de la élite en cuyas familias se alentaba a que las hijas accedieran a la educación, que en muchos casos estaba orientada hacia especializaciones que eran consideradas "aptas" para mujeres según los roles de género de la época”.
Lorenzo pone por ejemplo el caso de las primeras médicas: “Es bastante marcada la tendencia a elegir especializaciones asociadas al cuidado de los niños, a la maternidad y a la salud femenina y reproductiva. Y aclara que, a pesar de esos hilos de tradicionalismos que las contenían, “varias de estas universitarias eran militantes feministas que demandaban el acceso de las mujeres a los diferentes niveles educativos y al sufragio y la participación política”.
La académica aporta un dato relevante: Elvira López fue una de las fundadoras, en 1904, de la Asociación de Mujeres Universitarias Argentinas, que nació para apoyar a las mujeres para que pudieran acceder a los estudios superiores y al desarrollo profesional.
“Esta Asociación fue una de las principales participantes del Primer Congreso Femenino Internacional, celebrado en Buenos Aires en 1910”. Hay una feminista ahí. Aunque no siempre lo parezca.La especialista Verónica Gago escribió un prólogo para la reedición del texto de Elvira López en el que ayuda a interpretarlo con la mirada del presente.
En ese texto introductorio, esta politóloga doctorada en Ciencias Sociales en la UBA y docente en la Universidad de San Martín propone este ejercicio: “Imaginemos que (Elvira López prepara esas afirmaciones tan tradicionales sobre las mujeres) con astucia táctica, con mesura argumentativa, para un jurado de varones que la examinará doblemente; por el tema -es la primer tesis sobre feminismo escrita en la Argentina y en América del Sur- y por ser una de las primeras mujeres egresadas de Filosofía y Letras”.
Para Domínguez, por eso, no es extraño ni casual que la primera tesis doctoral del siglo pasado versara sobre el feminismo. Ni tampoco es azaroso que saliera de las aulas de Filosofía y Letras. “Que en 1901 existiera una tesis sobre el tema indica que había un saber incipiente. Era un problema sobre el que había que pensar y que fuera una joven universitaria la que lo encaraba demuestra una vez más que si las mujeres no se ocupan de sus temas, los cambios son más problemáticos y lentos”, dice a Clarín.
Para la investigadora Lorenzo tampoco hay ninguna casualidad en este hecho histórico del feminismo argentino.
“Desde sus orígenes hasta la actualidad, la matrícula femenina ha sido notoriamente superior en esa facultad.
Lo que sí es novedoso es que esa tesis estuviera dedicada al movimiento feminista, claramente una temática revulsiva para la época.
La experta en esas primeras universitarias aclara que Elvira López no fue la única mujer que encontró dificultades a la hora de ser evaluada por sus pares o de lograr el acceso a la carrera: “La Universidad de Buenos Aires se caracterizó por no tener una reglamentación que les negara el acceso a las mujeres, pero las barreras que ellas encontraban no estaban escritas, se les aplicaban en la práctica, en general enmascarados en aspectos burocráticos”.
Si hace un siglo Elvira López encontró el espacio en la facultad de Filosofía y Letras para pensar un fenómeno (minoritario entonces e imprescindible ahora), cabría la pregunta sobre qué están investigando ahora en esa institución, que permitirá entender mejor el futuro. Responde Nora Domínguez: “Desde que se fundó el Instituto de Estudios de Género, en 1992, se investiga el movimiento feminista, a las escritoras, a las artistas y a las cineastas; a las piqueteras, a las mujeres en los contextos de represión o a sus actuaciones en grupos de Derechos Humanos”. Pero no solo eso, además actúa: “Se trabaja a favor de la implementación de protocolos junto con otras facultades y universidades. Porque el cambio comienza por casa. Como hizo hace un siglo la propia Elvira López.
DÉBORA CAMPOS
