UBA y sociedad
Democracia y derechos humanos

A 40 años de la restauración democrática

domingo 10 de diciembre de 2023

El 10 de diciembre de 1983, tras casi ocho años de una feroz dictadura, el Dr. Raúl Alfonsín asumía la presidencia de la República Argentina. Hoy, al celebrar 40 años de democracia ininterrumpida en nuestro país y en coincidencia con el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la UBA acompaña y reafirma su compromiso con el Estado de Derecho, los valores democráticos y el respeto irrestricto de los mismos.

Asunción del presidente Raúl Alfonsín

Cada 10 de diciembre, en Argentina se conmemora el Día de la Restauración de la Democracia.  Hace 40 años, junto al presidente electo, también asumían sus funciones las dos cámaras del Congreso Nacional, gobernadores, legislaturas provinciales y autoridades municipales de todo el país. Como siempre, y en todos los períodos de nuestra historia, la Universidad de Buenos Aires acompañaba la realidad social, política y económica de entonces.

En su discurso de asunción, el 10 de diciembre de 1983, ante la Asamblea Legislativa, Raúl Alfonsín, entre otras cosas, expresaba: “La democracia será desde el primer momento, una fuerza movilizadora. La democracia moviliza siempre, mientras que el régimen desmoviliza. El régimen se ocupa de la desmovilización de la juventud. Se ocupa, por ejemplo, de transformar las universidades en enseñaderos. La democracia atiende a la movilización de la juventud en torno de los problemas generales y de sus problemas específicos”.

Efectivamente, uno de los objetivos del nuevo mandatario fue reorganizar las universidades sobre los principios de la Reforma Universitaria de 1918: autonomía y cogobierno. La normalización y el restablecimiento de la vida democrática en las instituciones de educación universitaria se fueron dando paulatinamente a través de la designación de nuevos rectores, consejos superiores y autoridades. En la UBA fue designado rector normalizador Francisco Delich, quien realizó un proceso de normalización exitoso en un tiempo relativamente breve.

La matrícula antes y después de la dictadura

La dictadura militar había castigado duramente a las universidades. Los números en la matrícula de la UBA sufrieron una baja importante: de los 40.825 estudiantes que iniciaron sus estudios en 1974, para 1977 solo eran unos 13.312. A nivel nacional, en el año 1975 se contaban 487.389 estudiantes, tras los años de dictadura y sobre el fin de 1983, el número de alumnos era similar al de 1975. Sumado a eso, la matrícula en el sistema privado había pasado del 10 al 20 % en el mismo período. 

Además de que las y los jóvenes fueron de los más perseguidos por la dictadura militar, la baja de la matrícula, también se debió a una política restrictiva, con exámenes de ingreso y cupos.

Durante la normalización de las universidades, entre otras medidas, se decidió suprimir los aranceles y reestablecer la gratuidad. Se eliminaron los cupos de ingreso y, puntualmente en la UBA, en 1985, se creó el Ciclo Básico Común (CBC) y con éste, se estableció el ingreso irrestricto a todas las carreras de la universidad.

El resultado de estas medidas en la UBA fue un significativo aumento en la matrícula: en 1983 se incorporaron unos 13.000 estudiantes, para sumar cerca de 106.000 en total; al año siguiente ingresaron 43.572, y en 1986, más de 52.000. Para el año 1988, la Universidad de Buenos Aires ya contaba con más de 180.000 alumnos.

Durante este período además del CBC; también fueron creados el Centro Cultural Ricardo Rojas, el programa de educación a distancia UBA XXI y el programa de educación universitaria en las cárceles UBA XXII. Se inauguró la Facultad de Psicología y varias carreras, como Ciencias de la Comunicación, Ciencia Política, Diseño Gráfico y Diseño Industrial, entre otras.

La UBA, la democracia y los derechos humanos

40 años de educación en democracia transcurrieron también para la UBA. Tanto como la sociedad en su conjunto, se vio afectada por crisis varias, períodos más o menos tranquilos, de mayor o menor agitación política. Siempre, sin distinciones de ningún tipo, la Universidad de Buenos Aires acompañó a las instituciones y asumió la responsabilidad de educar en los valores de la educación pública, con inclusión, equidad y compromiso democrático.

Hoy, la celebración de este período democrático, el más extenso en la historia del país, coincide con el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Aquel 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsin también se refería a esta coincidencia: “Una feliz circunstancia ha querido que este día en que los argentinos comenzamos esta etapa de 100 años de libertad, de paz y de democracia, sea el Día de los Derechos Humanos. Y queremos, en consecuencia, comprometernos una vez más: vamos a trabajar categórica y decisivamente por la dignidad del hombre, al que sabemos hay que darle libertad, pero también justicia, porque la defensa de los derechos humanos no se agota en la preservación de la vida, sino además también en el combate que estamos absolutamente decididos a librar contra la miseria y la pobreza en nuestra Nación”.

Aquellos valores que fueron reinstaurados con la democracia; también la libertad de pensamiento, la educación con espíritu crítico y compromiso social hacen de la Universidad de Buenos AIres la institución educativa más importante del país y de la región. 

Hoy, la UBA está conformada por más de 330.000 estudiantes, más de 23.000 docentes, y alrededor de 13.000 trabajadores y trabajadoras nodocentes. Cuenta con 6 colegios secundarios, 13 facultades donde se estudian más de 110  carreras de grado y más de 550 de posgrado. Hospitales universitarios, centros regionales del CBC por todo el país, investigadores destacados en la Argentina y en el mundo; publicaciones científicas y premios internacionales. Acción comunitaria, Voluntariado, Deportes, Cultura, Comunicación. 

Con más de 200 años de existencia, tan cerca y tan lejos de aquel 10 de diciembre de 1983, hoy la UBA es una institución de educación pública, no arancelada, de enorme calidad, excelencia académica y prestigio internacional, que continúa formando generaciones de argentinos al servicio del país.